domingo, 5 de julio de 2009

EL PODER DE CREER EN NUESTRAS PROPIAS CAPACIDADES, POR LA REPETICIÓN


En el argot popular se dice que: “las personas mentirosas dicen tantas mentiras y en forma tan frecuente, que muchas veces por la fuerza de la repetición, piensan que son verdades sus mentiras”; afortunadamente, igual ocurre con las afirmaciones positivas y optimistas, en el cual nuestra mente por la fuerza de la repetición nos impulsará por conseguir lo que nos hemos programado.

Aunque siempre en mi niñez me dijeron que: “la mentira tienes pies de barro”, como en el siguiente chiste, en el cual la verdad se abrió camino:

“Javier y Pablo eran 2 hermanos ricos y malvados que iban a la misma iglesia”.
“Cuando Pablo murió, Javier le entregó al pastor un cuantioso cheque para que mandara a construir un nuevo templo a todo lujo”.
“Sólo le pongo una condición, le aclaró en tono despótico: Que en el oficio fúnebre diga que mi hermano era un santo”.
“El pastor accedió y depositó el cheque en el banco. En la ceremonia fúnebre, subió al pulpito y declaró”.
“Pablo era un hombre malvado, que engañaba a su mujer, y traicionaba a sus amigos, pero comparado con Javier, era un santo”.

Para poder conseguir las metas que nos hemos propuesto, lo que tenemos que hacer es reemplazar las afirmaciones negativas por unas positivas, en el cual uno se imagine que ya se ha conseguido lo que nos preguntamos optimistamente. Estas interrogantes tienen que ser en tiempo presente, como si ya estuvieran sucediendo o fueran a suceder en un futuro inmediato. Nuestro futuro depende de nosotros mismos y el tiempo es ahora, de eso tiene uno que estar convencido de que lo podemos hacer, solo es una cuestión de programación. Veamos los pasos para conseguir la mejor programación posible:

1. Efectúa una introspección de ti mismo y concéntrate en los modismos, palabras que uno emplea frecuentemente, en especial de aquellas pesimistas, escríbelas en un papel, que no sea mental, sino expresa y léela. Evalúala y observa si están siendo fructíferas o está siendo una carga para nuestro bienestar. Sé honesto contigo mismo en el examen que estás realizando y de una manera crítica, observa cual te ayuda y cual te perjudica.
2. Averigua donde fue que empezaste a usarla. De donde salieron esas ideas, y ahora forman parte de tu conversación interior, quien fue el que la usó antes que tú, quien te la enseñó, porque la comenzaste a usar. Van a ver un sinnúmero de razones, y muchas de ellas atascan nuestro desarrollo personal. Puede ser que hayan salido de tus padres, y ahora quieres actuar como ellos, de algún vecino, de una canción de moda, de un profesor que admirabas y te dejó huella, de tu hermano que te paraba criticando y te decía que todo lo hacías mal y que tenía que estar cuidándote para que no te metieras en problemas, y esa idea grabada en tu cerebro la tienes presente, cuando ya eres un adulto, maduro y con experiencias vividas. Así que nunca permitas que en tu cerebro quede grabada imágenes o expresiones negativas, que solo sirve para hacerte daño, recházalas y reemplázalas por unas positivas.
3. A veces son expresiones de nuestra conversación interior que es parte del vocabulario del círculo del que uno se rodea, son derivadas de alguna expresión de alguna personalidad que se ha vuelto muy popular, como por ejemplo, la que el Rey Juan Carlos de España le dijo al Presidente de Venezuela: Hugo Chávez en una reunión de dignatarios y expresó: “porqué no te callas”, expresión que dio la vuelta al mundo, fue materia de debate, de chistes, de videos adulterados, incluso se vendía como tono para los celulares. O tal vez son expresiones que no tienen la menor importancia sin saber porqué se la dice. Luego hay que analizar porque la tomamos como una verdad absoluta, sin cuestionarla, a lo mejor la persona que la tomamos, estaba en un mal día, o te estabas peleando con tal persona, son partes de nuestro pasado, que ya pasó y que no debe influir negativamente en ti, pues de ahora en adelante cambiaremos tu diálogo interno por uno ganador.
4. Este paso es la piedra angular de nuestra conversación interior. Una vez que uno lo haya identificado, tenemos que extirparlo de nuestro vocabulario. Debemos decirnos a nosotros mismos que no lo vamos a usar nunca más, y si en alguna oportunidad se nos sale de casualidad, inmediatamente corregirlo por unas nuevas.
5. Escribe varias oraciones que refuercen tus pensamientos positivos y si puedes dibújalas, como te gustaría que fuera. Si la idea que te impide avanzar es: “no valgo nada”, cuando no te sale las cosas como tú la quieres, modifícala por expresiones como: “soy una persona que valgo mucho”, y gozo haciendo cosas que me valoren cada día más.
6. Sabemos que no es suficiente que leamos nuestras nuevas afirmaciones, sino que es necesario que estemos convencidos de estas nuevas afirmaciones, y lo digamos con decisión. Tienes que ponerle a tus expresiones como señala una canción criolla peruana: “alma, corazón y vida”, tienes que vivirla, sentirla, evita decir las cosas en forma desganada, y ten fe de tus afirmaciones y no te rindas jamás, que por lo general los partidos se ganan en la última parte, vamos que podemos. Una de las virtudes que más se valora es la persistencia y la tenacidad, hay un dicho que dice: “muchas veces no se la dan a los que más se la merecen, sino al que más insiste”.

Por último no desfallezcas jamás, que nosotros no sabemos científicamente como funciona, lo importante es que funciona, y sobretodo tente paciencia a ti mismo, que puedes cambiar, puedes mejorar tu vida, solo depende de tu capacidad de lucha y convencimiento de que lo lograrás, recordando las palabras de Henry Ford: “un trabajo que a uno le interesa jamás es duro y yo nunca dudo de su éxito”. Recuerdo que hay algo que siempre le digo a mis muchachos cuando están a punto de rendirse o desfallecer en un propósito que ellos desean, “a que equipo quieres pertenecer, a los ganadores o a los perdedores”, siempre responden a los ganadores, entonces no se pueden dejar vencer, que el triunfo está en el último cuarto de hora, y en ese último cuarto es que se cae la fruta de madura, tranquilos que llegará, no se desesperen, ténganse paciencia, para luego continuar; y al final me dicen, tenías razón, verdad que lo podíamos hacer, era solo cuestión de tiempo, y finalizo diciéndoles que tenemos uno de los mejores aliados que todo el mundo quisiera tener, es la fe y el tiempo, que juegan a nuestro favor, y estos son aliados invencibles. Las recompensas de la vida llegan al final del recorrido, no podemos saber exactamente en cuantos tiempos se demora el fruto, solo queda perseverar y dar otro paso más, y otro y otro, teniendo la esperanza que en uno de ellos llegará, no tengan la menor duda.